Antes de entrar

|

Aconteció y no recuerdo haber estado allí. Supongo que debí desaparecer en una inhalación mientras intentaba recordar la vida. Luego se me adelantó el futuro para convertirme en alguien a quien poder olvidar. Y me habría acostumbrado a la inexistencia de no haber sido por aquella voz. Familiar me resultaba su tono, pese a que la distorsión del grado dimensional la transformaba en eco de un viento inmóvil. Pero no me costó reconocer su manera de ordenar las palabras, la incorrección de su léxico, los silencios torpes y el torrente introspectivo de una mente inconexa.
Yo no existía pero sin embargo la vida se dibujaba y borraba a mi alrededor al ritmo del aleteo de una mariposa. Era la voz la que no me permitía escapar de un plano que se encontraba tan alejado del principal como del secundario, sin saber cuál ejerce de tal, y sin saber hacia donde debía derivarme la lógica. Constancia a cambio de deshilachar la madeja de la supervivencia. Mi narradora personal expirando vocablos de vida por mí, regalando historias que ya no podría recuperar nunca jamás.
Un día el mundo se plasmo de nuevo ante mí, tan distorsionado y confuso como una orgía de acuarelas. Entonces noté el calor de su cuerpo sobre el mío, la humedad de su sal sobre mis labios resecos, el aliento a tabaco y café penetrando con intensidad a través de mis fosas nasales. Fue el puro instinto lo que hizo que mi boca buscase uno de sus pechos desnudos. Lo besé con intensidad, con un cariño animal que no creí albergar más allá de la indolencia de la sociedad. Y mamé, mamé durante horas, durante días, durante camas y enfermeras. Hasta que al fin pude recuperar mi voz, aquella que no había escuchado nunca. “Mamá”. Y ella lloró.

-

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/joven-chino-despierta-del-coma-despues-anos-969851

No hay comentarios: