Muerte en tinta

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Llegaron por la noche y detuvieron al niño. “Homicidio en primer grado” explicaron a los padres. “¿Quién es la víctima?” “Su profesor de filosofía”. Pero aquello no era un eximente. Se lo llevaron. Le torturaron. Y el niño lloró. “Eso no se hace” “¿Por qué?” “Porque está mal” Pero once años era poco tiempo de existencia para poder comprender el significado de la maldad de los mayores. Le encerraron en el cuarto oscuro la primera noche. Lo trasladaron al cuarto de las ratas la segunda. Al tercer día lobotomizaron su cerebro. Dos cirujanos de oficio seccionaron y extrajeron la imaginación de su cabeza. Un aspirante a párroco expulsó a las emociones de su alma a través de un exorcismo y le regalo una Biblia para que lo nutriese de valores y sufrimiento. A la semana lo reinsertaron en la sociedad, pero no le devolvieron su plural arma homicida. Los plastidecores y su cuaderno de dibujo ardieron en hoguera pública a modo de ejemplo populista. Y al niño le cambiaron su capacidad de dibujar por una formación que le convirtió en adulto.

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http://actualidad.orange.es/insolito/detienen-un-nino-11-anos-por-sus-dibujos-amenazantes-contra-su-profesor.html

1 comentario:

Yvén dijo...

Fue por culpa de las plastidecor, con unas alpino eso no pasa...